domingo, 15 de septiembre de 2013

¿Qué pasó con la aeronave?

A la hora de la determinación sobre las causas que llevaron al desastre, muchos son los factores que desembocaron en uno de los peores accidentes en la historia de la aviación mundial. Desviación en la trayectoria, errores técnicos, mecánicos y humanos llevaron a que un aerotransporte en excelentes condiciones colisione en plena Cordillera de los Andes, dejando un saldo de 29 fallecidos.



Fairchild FH-227D
El modelo Fairchild FH-227D fue uno de los dos aeroplanos incorporados por la Fuerza Aerea Uruguaya a Estados Unidos, junto a dos Fokker F-27 Mk100 a Holanda, entre 1970 y 1971. Todo surgió once años atrás, cuando la FAU creó un organismo denominado Transporte Aéreo Militar Uruguayo (TAMU) con el objetivo de acelerar y facilitar los transportes militares y civiles entre los países de la región.

El abanico de servicios que ofrecía el TAMU incluía la posibilidad de trabajo con entidades privadas a través de diferentes formas de pagos. Debido a esto, el equipo de rugby uruguayo Old Christians contrató un viaje hasta Santiago de Chile en Octubre de 1972, donde iba a competir en un partido. Tal como señalaron los peritajes, el avión se encontraba en óptimas condiciones, con tal solo 792 horas de vuelo sobre sus alas.

La trayectoria pactada en un principio constaba de una longitud de 635 kilómetros, con una escala intermedia en el aeropuerto “El Plumerillo” de la ciudad de Mendoza, para luego continuar su viaje hacia el destino en Santiago. Con 40 pasajeros y 5 tripulantes, a las 14:18 horas despegó hacia el Sur, con un tiempo de viaje estipulado en 45 minutos.

Una hora después, la tripulación toman contacto con la base aérea en Santiago, quienes afirmaban que iban a tomar curso hacia el norte, hasta el aeropuerto Pudahuel. Aquí fue cuando los primeros síntomas comenzaron a reportarse, ya que la nave se localizaba en una posición totalmente diferente, perdiendo altura y rodeada de mucha turbulencia a causa de una tormenta de nieve.


Con nula visibilidad y una proximidad peligrosa entre las alas y las montañas, el avión comenzó a despedazarse. En un primer momento, la parte inferior de la cola y el ala derecha desaparecieron, las cuales impactaron contra el fuselaje y lo destruyeron por completo. Por otro lado, la parte trasera se despegó del cuerpo de la máquina, incluyendo la sección de pasajeros y equipaje. Finalmente, el FAU-571 terminó colisionando contra un espacio rocoso a 4.400 metros de altura, y el fuselaje se desplazó 725 metros hacia abajo, hasta el glaciar llamado “Glaciar de las Lágrimas”.





Errores técnicos

Al momento de desvelar las falencias durante la trayectoria, los peritajes permitieron saber que la aeronave tenía una desviación de 80 kilómetros respecto a la preestablecida. La clave pasó por un error en el rumbo, 030 grados en lugar de 014 grados, causa por la cual el Fairchild voló nuevamente hacia territorio argentina en lugar de Chile.

La tarea de informar cuanto tiempo consumiría cada trayecto establecido conformó otro de los puntos más importantes. Precisamente a las 15:21 horas, el capitán afirmó haber tomado contacto con el cerro Curicó un minuto más tarde, cuando en realidad tendrían que haber sido once ya que faltaba recorrer 70 kilómetros. Además, el avión incluía el sistema de medición de distancias, con lo cual el error pudo haber sido previsto.  Finalmente, la declaración “tomar contacto visual con Curicó” fue totalmente contradictoria ya que, en ese momento, la visibilidad era nula debido a la gran cantidad de nubes presentes.

En definitiva, luego de realizar varias investigaciones pertinentes, se llegó a la conclusión de que la principal causa del trágico accidente no fueron errores de navegación, sino un mal funcionamiento del sistema de medición de distancias. Los vuelos realizados por los otros modelos de Fairchild no reportaron errores sobre ese sector, ya que fueron realizados con total normalidad.



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